jueves, septiembre 21, 2006

Noches sin dormir

Noches sin dormir

Noches sin dormir. Ratos perdidos en mi mente. Respuestas contrarias a una misma pregunta. ¿Por qué me siento así? ¿De verdad lo siento o es resultado de mi propio protagonismo? Egocentrismo, egoísmo o sensibilidad, febrilidad. En todo caso quien fue ya no es. De celos ha muerto el canario. A golpes ha muerto la vida. El corazón se secó y de morfina se alimenta. Parámetros incomprensibles, resultados incongruentes. Dos caras de la misma moneda se funden en billetes cambiables por vidas. Vidas perdidas en restos de amores; se prometían el destino del universo, llegaron a tener el sol bajo sus pies, tan cerca, que se quemaron, separándose en polos opuestos y unidos por fundición. Uno muerde, otro llora. Uno calla, otro ignora. Siendo espadas blancas las que cierran, y la muerte, como inquisidor del camino. Él tiene el poder absoluto. Separa y une. Soluciona vidas o empeora situaciones. El material se vuelve efímero y meros objetos sin uso. Todos acaban por ser causa y consecuencia del inquisidor.

En los ojos se reflejan las zarzas clavándose en almas débiles, la carne no duele, pero el alma se resiste. Almas perturbadas gritando por el reposo. Nadie es libre. Todos son esclavos. Esclavos de la apariencia y la condición social. Bajo este cielo la razón humana reina. Razón, la gran sabia y nunca se ofende ni se corrompe. Y humana, la perdición de la especie. Sentimientos que interfieren y destruyen. Guerras perdidas o ganadas a base de inyecciones de almas descarriadas para siempre. El reloj de la vida se derrite ante los sentimientos.


1 comentario:

Anónimo dijo...

eres un crack chaval!!