Odio dejarte atras, no poder verte más. Odio que el viento y los restos del fuego aun separen nuestros corazones. Odio no saber nada de ti. Pero cuando se de tus andanzas, odio saberlo. Corazones oscurecidos por negros vientos de tristeza acampan a su parecer por el jardín de mi mente. La musas són violadas por contigentes de malos presagios y personalidades efimeras que transcurren por el tiempo. Sin las musas no hay inspiraciones, y sin la inspiración no existe la vida. Poco a poco los placebos me saben a poco, pues habiendo probado el oro no se saborea el bronce. Diez mil escusas inventé para el autoconvencimiento de un servidor, aunque estas solo me llevasen al entendimiento de que mentia. No puedo negaros que la vida no tiene flores sin el hada, pues cuando mi nereida desapareció, el mundo no volvió a ser el mismo. Y aunque quiera, no podeis ser sustituida. Pues no soy yo quién dicta mis leyes sino algo más superior, que me controla, me habla, me corrige, me desmiente, me tortura. Su nombre pasó por muchos formas entre ellas amor, razón, conciencia, corazón. No se lo que debe ser. Teniendo la morfina a un paso y la jeringuilla a otro, muero sin saberlo. Pues la tristeza también mata por sobredosis. No dejeis de andar y no mireis atras, pues los que nos agazapamos ya no volvemos.

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