martes, febrero 27, 2007

it rains & rains.

Cruzar una mirada, una sonrisa, unas palabras. Pasar los dedos por tus cabellos. Un contacto no intencionado. Un latir desesperado de un corazón moribundo. El verte sin saber que decir. El hablarte sin saber como reaccionarás. Los gritos por acciones condenadas. El miedo a tus próximas palabras. Todo por un intento de gesticular unos sentimientos que reprime el sentido, la razón. Todo por el gran miedo al qué decir, al qué dirás. Al verte reír, una respiración entrecortada seguida de un escalofrío recorre todo mi cuerpo. El mirarte, el intentar abrazarte, el intentar estar a tu lado se convierte en una difícil hazaña, cuando el miedo de los porvenires arrasa el subconsciente.

Años de evolución y generaciones conspiraron para que nuestros andares tropezaran inesperadamente. Sin oír los gritos del populus por impedirlo. Sin prejuicios ni pesares, río a tu lado a cual más divina. Ríase la “Divina Comedia” de Dante. Ríanse las musas de los poetas y pintores de la vida. Cuando se tiene una tan grata compañía en el camino de la vida.


Una amistad forjada por dudables medios, a veces. Un pasión fundada sin razón. El decidir entre arriesgarse y perder lo amado, o mantener lo conocido. Porque Freddy Mercuri ya lo dijo en su momento: I was born to love you.

viernes, febrero 09, 2007

Requiem for Mireia

Avui, el cel et plora. La terra rep els plors i te'ls dona, per que sàpigues que els cors del presents sempre et recordaran. Avui el món es trist, però demà les flors emergiran més ufanoses, més ermoses. Per que recordar-te no serà la tristor sinó la alegria i la sort d'haver-te conegut. Tu, Mireia, la noia alegre i amable, que sempre recordaré al costat d'un cavall i somrient. Per que tu eres l'aigua on hi havia sequera. Sempre has ajudat a tothom i la vida no t'ha ajudat gaire a tu, que tu mereixes tot en aquesta vida. Ets la inspiració per a tots aquells que un dia volem arribar a ésser persones.


Siguis on siguis. Sempre seràs amb nosaltres, al nostre cor, a la nostra ànima.


sábado, febrero 03, 2007

Oda Odio



Odio dejarte atras, no poder verte más. Odio que el viento y los restos del fuego aun separen nuestros corazones. Odio no saber nada de ti. Pero cuando se de tus andanzas, odio saberlo. Corazones oscurecidos por negros vientos de tristeza acampan a su parecer por el jardín de mi mente. La musas són violadas por contigentes de malos presagios y personalidades efimeras que transcurren por el tiempo. Sin las musas no hay inspiraciones, y sin la inspiración no existe la vida. Poco a poco los placebos me saben a poco, pues habiendo probado el oro no se saborea el bronce. Diez mil escusas inventé para el autoconvencimiento de un servidor, aunque estas solo me llevasen al entendimiento de que mentia. No puedo negaros que la vida no tiene flores sin el hada, pues cuando mi nereida desapareció, el mundo no volvió a ser el mismo. Y aunque quiera, no podeis ser sustituida. Pues no soy yo quién dicta mis leyes sino algo más superior, que me controla, me habla, me corrige, me desmiente, me tortura. Su nombre pasó por muchos formas entre ellas amor, razón, conciencia, corazón. No se lo que debe ser. Teniendo la morfina a un paso y la jeringuilla a otro, muero sin saberlo. Pues la tristeza también mata por sobredosis. No dejeis de andar y no mireis atras, pues los que nos agazapamos ya no volvemos.

viernes, febrero 02, 2007

Fracasos diarios.



Sentado delante del teclado, solo pienso en como seria mi vida si en vez de estar aquí estuviera leyendo un libro en mi cama o tal vez soñando despierto delante del espejo. ¿Seria mejor persona? ¿más culto? ¿más soñador? Empiezan a venirme a la cabeza escenas de mi vida, diaria, cotidiana, extraordinaria. ¿Qué hubiese pasado si aun estuviese estudiando en la universidad de Física?...

Fracasos. La vida son fracasos. Uno detras de otro. Solo espero que este escrito no sea el siguiente.



jueves, enero 04, 2007

La tierra de los sueños


Siento frío, mucho frío. Las pequeñas estrellas que caen del cielo me empapan la ropa con el blanco característico del tiempo de la felicidad, de la familia, de la religión. No dejo de pensar en el sino de mi vida: qué voy a ser, que voy a hacer a qué me voy a dedicar, como voy a ser feliz. Aunque como bien dijo un famoso escritor, “la felicidad es una trampa en la que no pienso caer”. Sentado en un solitario parque, recuerdo la insignia de la ciudad de la luz, esa maravillosa construcción que creó fascinación y odio. Una torre en la que ocurren todos los sueños y se hacen realidad mis fantasías. Al fin y al cabo, solo me acompañan mis fantasías. En este viaje por el pequeño cosmos humano tan solo soy una pequeña pieza que si fallara no se notaria. ¿Quién puede necesitar a alguien que su pensamiento siempre está en otro mundo?


Es año nuevo y siento la necesidad de estar con mis alter egos y con la gente que tuve a mi lado. Pero todos están lejos y tan solo quedan mis nereidas. Que en campos verdes bailan felices o, mejor dicho, alegres. Como más las imagino más reales se vuelven. Un escalofrío recorre mi cuerpo, pero parece que eso ya no importa. Mi alma se ha desprendido de mi cuerpo y danza con las ninfas y vuela alto hasta la tierra de los sueños; quedan lejos ya las ciudades y lo humano. Ni el frío ni la soledad se mecen en mi pensamiento. La Torre emerge ante mi como si hubiera sido construida para que yo la contemplase. Las musas vuelan hasta ella y me la entregan como si fuera mía. La tengo cerca, muy cerca, estoy a punto de tocarla. Casi puedo sentir el frío acero en mis manos. De pronto todo vuelve para atrás todo se va de mis manos vuelve a su origen, la torre se vuelve a sumergir en la tierra, las hijas de Nereo se diluyen con el paisaje, todo se vuelve más y más blanco.

Fui “salvado, sanado, recuperado, devuelto a la vida, reencontrado” por la medicina humana.